Soñando. La salida hacia el éxito
“¿Cómo conseguir el éxito en cuatro días soñando?”. Ese fue el primer proyecto emprendedor del afamado empresario C. Abrasion. Ya había llevado a cabo muchas iniciativas; nombro sólo algunas a modo de ejemplo ilustrativo: “Consiga imágenes instantáneas del futuro”; “Iremos a los planetas prohibidos e inhabitables los primeros”; “Subiremos una plancha de hierro oxidado a órbita”. Creo que basta con estas muestras. Ahora C. Abrasion exploraba su enésimo desafío: “Ciegos-sordo-mudos, ¡comunicaos!”.
–— Esta vez el jefe la ha cagado. Esto es fácil de hacer, útil y posiblemente hasta rentable (en su nicho de mercado, por supuesto). — Así dijo Cristóbal que, con respecto a su jefe ,se le juntaban el pan con las ganas de comer.
— Sí, tienes razón. — Contestó Mónica. La delgada, inteligente y directora del departamento de programación de la empresa de C. Abrasion. También podría darse cuenta a tiempo de que este su nuevo desafío no es una tontería inútil, sino que incluso es una empresa de lo más sensata y realizable.
Habría que decírselo, ¿no?. ¿Quién le pone el cascabel al gato? — Cristóbal siempre tan valiente.
Lo haré yo. Al fin y al cabo, él confía en mí. — Afirmó Mónica en tono cierto y garantizado.
— Hola, aquí Charles, ¿Cómo va todo por ahí?. Por aquí ya sabes, Mónica. Ahora mismo estoy perpetrando un nuevo proyecto, así he pensado llamarlo: “Gana peso y piérdelo, al instante”. Ya sabes, mi mente es como un flujo constante, como un volcán en erupción constante. — Decía Abrasion, angelico.
–— Eh…um.. Tenemos algo que decirle, jefe, pero no sé si le va a gustar. — Mónica lo decía todo suavemente.
— ¡Dispara, mujer! ¡Que no pasa nada! Y además hay confianza.
— Pues resulta que el nuevo proyecto, y lo hemos meditado mucho, téngalo por seguro, nos parece fácil, útil, sensato e incluso rentable. No nos extrañaría que alguien estuviera ya camino de la Office Online de patentes; o peor aún, que ya estuviera en el mercado alguna App para ese propósito. — Esperaría Mónica su reacción.
C. Abrasion, paseando por su playa, empezó a darle vueltas a la cabeza. (No se sabe muy bien cómo se le podía darle vueltas a un flujo volcánico sin quemarse).
¡Ya lo tengo! ¡Eureka! — Se dijo a sí mismo. No haremos “Ciegos-sordo-mudos, ¡comunicaos!”. Haremos: “¡Tocarse todos unos a otros no es imposible!”
Había que cargar pilas. A los medios se les comunicaría mañana: “¡Tocarse todos unos a otros no es imposible!” ya estaba en marcha.
Otro Nano relato: Realista.