Una habitación en Babel 2º parte
Aunque ya hice una entrada sobre este maravilloso libro, no me resisto a entregar otra.
Esto es porque tiene una serie muy interesante de poéticas frases, con un transfondo filosófico sustancial, incrustadas en el contexto general de la estructura narrativa. Voy a poner esta serie en forma de “citas”, sentencias o aforismos. LLamadlos como queráis.
Os recuerdo brevemente que el libro trata de un profesor de filosofía de secundaria que empieza a preocuparse por el futuro de uno de sus alumnos emigrante, que se escapa del instituto en busca de su hermano que ha de llegar en patera, estando todos en esos momentos bajo el poder de los traficantes de personas que operan en el estrecho.
Ángel, que así se llama el profesor, sufre una transformación, que se acumula a una serie de avatares personales que le dejan un poco perdido en este mundo.
Ahí van las prometidas frases:
“Ahora lo entendía. Entendía que el tiempo nos arrebata el paraíso y nos destierra al mundo. Oro por cobre, manzana por sabiduría, naturaleza por cultura, confianza por libertad: todo eso hemos cambiado. Un trueque demasiado desventajoso por la ganancia de ser hombres.”
“Los hombres, explicaría después a sus alumnos estamos abiertos al futuro y, en cuanto que futuro, somos desconocidos para nosotros mismos.”
“Pensó entonces que la vida siempre se encarna en individuos, que no existe la gente, ni los pueblos, ni los inmigrantes, solo las personas.”
Y por último y estrechamente relacionada con la primera frase:
“Poeta ayer, hoy triste y pobre filósofo trasnochado, tengo en monedas de cobre el oro de ayer cambiado.”
Enlace: Tao XII