Persona e I.A. (Inteligencia Artificial)
La teoría funcionalista de la mente o inteligencia artificial emulante usa la metáfora mente ordenador como marco de comprensión y explicación del comportamiento y de la conducta biológica humana en general.
Implicados en la teoría
La teoría funcionalista o inteligencia artificial emulante implica, primeramente, a ingenieros; pues se trata de poder construir un sistema computacional capaz de imitar el comportamiento biológico humano, y en segundo lugar, y esto puede que sea mucho más relevante, construir una nueva, y quizás muy diferente a la humana “por azar”, INTELIGENCIA ARTIFICIAL, que pudiera crearse hoy o en un futuro más o menos próximo. En este post vamos a centrarnos únicamente en la primera de las implicaciones e implicados.
En segundo lugar implica a cierto tipo de filósofos y psicólogos que están comprometidos con la tarea de considerar la posibilidad real de llevar a la práctica el proyecto funcionalista; que informarían al ingeniero a la hora de construir y planificar esta empresa. Dentro de estos “implicados” estarían también los iniciadores del pensamiento autodenominado como “transhumanismo”.
Mente ordenador: otra vez la física
De fondo, y al igual que en la teoría de la Identidad, el problema sigue siendo si la persona se comporta siguiendo las leyes físicas de la naturaleza.
¿Por qué implica a la física? Pues porque la física es la única ciencia que es capaz de explicar y predecir los fenómenos naturales con un grado de exactitud y precisión suficientes como para concebir la comprensión de las cosas con una visión adecuadamente científica.
Teoría funcionalista y teoría de la información
Es necesario contar que este enfoque está estrechamente relacionado con la idea de TRANSFERENCIA DE INFORMACIÓN. ¿Cómo se concibe la “información” en el marco de esta teoría?
Mente ordenador. El subsistema sensorial
A través de un ejemplo vamos a verlo. Supongamos que nos han encargado diseñar una Inteligencia Artificial que sea capaz de percibir visualmente su entorno, al igual que hacemos nosotros.
El objeto o estímulo visual refracta la luz y llega al “sensor” visual de la máquina. Éste recibe la información y, si ha de hacer como lo hace un ser humano, tendrá que combinar dos imágenes bidimensionales para procesarlas de modo que el resultado u “ouput”, sea percibido tridimensionalmente, es decir, una imagen dotada de la profundidad necesaria como para poder calcular la distancia a la que se encuentra el sistema inteligente del objeto que está percibiendo.
Las leyes físicas con las que se podría contar para guiar nuestro diseño del hardware serían las leyes físicas de la refracción de la luz.
Así podríamos concebir la percepción como los efectos físicos producidos por las causas físicas externas que se hallan en los objetos y en el entorno visual próximo. Tal como hemos descrito el proceso perceptivo artificial, el sistema será capaz de informarnos de qué clase de objeto es y para qué sirve.
Mente ordenador y “normalidad” perceptiva
Esta capacidad lograda por el sistema se basa también en el principio de que el mundo físico sigue un orden, y que en él hay una regularidad, “una normalidad”; es decir, que el sistema tiene que poder corregir los posibles errores perceptivos visuales que pudieran ocurrir, tales como: los cambios de color según la luz incidiese en la cosa, los variantes ángulos en que se encuentra respecto al sistema, o la distancia cambiante que haga variar el cálculo de su distancia.
Lo que con “normalidad” o “regularidad” queremos decir, es que el sistema así relatado se comportaría, desde el punto de vista visual, como una persona imparcial y objetiva, poco influenciable a la hora de describir la experiencia de la visión del objeto.
Ahondando en esta última idea, lo que el sistema imitaría, sería algo así como una persona de la que nos podríamos fiar; alguien capaz de distinguir un falsa percepción o ilusión, de una verdadera, alguien poco propenso a hacer expcepciones, alguien, a su vez, nada inclinado a precipitarse frente a un cambio repentino y urgente en una situación dada; alguien y para terminar, siempre sobrio, racional y prudente.
Mente ordenador. ¿Qué hay sobre el resto de “subsistemas”?
Del resto de subsistemas humanos, a parte del sensorial, nos ocuparemos en otras entradas. Estos serían: el aprendizaje, el lenguaje, la memoria, las emociones, la conducta social, la autoconciencia, etc. Como puede verse, la teoría funcionalista y los ingenieros implicados en la implementación de la teoría tienen bastante trabajo por delante.
Enlaza: Neurociencias